Los padres siempre queremos que nuestros hijos sean felices. Para ello tenemos que tener cubiertas necesidades básicas como su alimentación, su higiene o su descanso. Pero también nuestros hijos tienen necesidades afectivas con las que deben contar en su infancia y adolescencia.
Un hijo necesita experimentar el afecto de sus padres, es el modo de adquirir la autoestima y la seguridad necesaria que le permitirá alcanzar su autonomía personal. “Dar al niño el afecto que necesita no significa ser excesivamente tolerante con él ni sobreprotegerle. El niño puede sentirse querido a pesar de que se le reprenda cuando es necesario, si nota que esto se hace con cariño y rigidez a la vez. Es importante premiar los logros, esfuerzos y conductas correctas que el niño va realizando, reforzando de este modo conductas que se van a mantener a la larga y sancionar aquellas que pueden ser nocivas para su desarrollo psicológico y social”, se explica en Educar en la afectividad.
Los adolescentes siguen necesitando el afecto constante de los padres incluso más que en la infancia. En muchas ocasiones se muestran esquivos y nos rechazan, pero en el fondo necesitan sentir nuestro cariño. Aunque para ellos sus amigos son fundamentales su familia es siempre su punto de apoyo fundamental.
Ideas para dar apoyo emocional a nuestros hijos
Nuestro hijo necesita este apoyo emocional por parte de su familia durante su infancia y adolescencia. No contar con nuestro apoyo puede tener consecuencias en su desarrollo. Os vamos a dar 7 sencillas ideas para apoyar estas necesidades emocionales de nuestros hijos y lograrlo.
1. Tenemos que decirle que le queremos
Es importante que todos los días busquemos un momento para decirle a nuestro hijo que le queremos y que sienta que estamos pendiente de él. No solo tenemos que pensarlo sino también tenemos que verbalizarlo. Saber que su familia le quiere y le apoya es básico para reforzar su autoestima. Si no lo hacemos, es posible que nuestro hijo no sienta todo nuestro cariño y apoyo.
2. Tiempo en cantidad
Durante años se ha extendido el concepto de tiempo de calidad. Pero quizás esa idea hay que revisarla porque los niños necesitan pasar muchas horas con sus hijos. Quizás ha sido la forma de justificar nuestras ausencias por motivos laborales. No solo hay estar cerca de ellos todos los días, sino que tenemos que dedicarles nuestro tiempo cuando nos piden ayuda o cuando quieren jugar con nosotros. El tiempo de calidad no puede sustituir nunca al tiempo en cantidad.
3. Ayudarles a gestionar sus emociones
Nuestros hijos tienen que aprender desde pequeños a aprender a gestionar sus emociones. Normalmente lo suelen conseguir cuando siguen el ejemplo de sus padres. Nuestra actitud ante los enfados, berrinches y rabietas es fundamental. Tenemos que comprender sus miedos, sus problemas y sus afectos. Además, debemos dar ejemplo con nuestra reacción ante los obstáculos y dificultades. No podemos pretender que nuestro hijo no se enfade si nosotros lo hacemos ante el primer problema.
4. Establecer límites y normas en casa
Los niños necesitan desde pequeños conocer los límites y las normas. Tienen que saber que no pueden jugar con la tablet cuatro horas seguidas o comer con la televisión. Necesitan saber hasta dónde pueden llegar y cuál es su papel en la familia. Desde pequeños deben tener pequeñas obligaciones en la familia como ordenar su habitación o poner la mesa. Los límites son importantes para su desarrollo y para la convivencia familiar.
5. Un padre siempre es un padre
Es importante que nuestros hijos no vean como padres y madres. No somos sus amigos y menos sus criados. Tienen que saber que no estamos a su entera disposición y tampoco somos sus compañeros del colegio. Los padres somos padres y es importante que desde pequeños lo comprendan.
6. Siempre refuerzo positivo
Otra de nuestras funciones es apoyar siempre a nuestros hijos. Tenemos que valorar los esfuerzos que hacen en su vida diaria y decírselo. No solo les tenemos que recriminar lo malo sino también comentarles lo que han hecho bien. El apoyo de la familia es fundamental para su desarrollo como personas responsables. También debemos fomentar su autonomía para que vayan aprendiendo a vestirse y por ejemplo a hacer sus deberes solos. Tenemos que apoyarles, pero intentando que cada día sean más autónomos.
7. Ayudarles a pensar y reflexionar
Por último, los padres tenemos que fomentar la reflexión y la curiosidad en los niños. Hay que favorecer que se paren todos los días unos minutos a pensar qué han hecho bien o mal. Nuestros hijos tienen que saber cuáles de sus comportamientos son positivos y negativos para comprender las consecuencias de su conducta.
Las necesidades afectivas de nuestros hijos son tan importantes como la alimentación o la higiene y pueden afectar a su salud mental. Las madres y los padres somos piezas fundamentales en esta seguridad afectiva en su infancia y en su adolescencia.
Fuente: El mundo