Marina Robles Guzmán de Mano Amiga Puebla, recibió el premio Jorge Mario Bergoglio por su trayectoria docente en la institución, compromiso y vocación por la enseñanza.
El premio incluyó su participación en el Congreso Interamericano de Educación Católica (CIEC) en Chile del 8 a 10 de enero de 2020, auspiciado por Editorial Santillana, Google for Education, Epson y Lenovo.
Los criterios para elegir al ganador fueron:
- Compromiso: medido por antigüedad, puntualidad y asistencia.
- Desempeño: medido por las últimas evaluaciones de desempeño.
- Perfil del maestro: lo que expresó en su ensayo, así como su capacidad para comunicarse.
- Formación integral: ser un maestro completo y que se haya desarrollado en todas la áreas de formación.
Compartimos una breve reseña de la ganadora:
Marina Robles Guzmán es una persona íntegra y capaz, destaca por su liderazgo en el trabajo colaborativo y sobre todo por ser un líder moral y espiritual, tanto para sus alumnos como para sus compañeros. Demuestra día a día su amor por servir, por su entrega y dedicación a su misión, así como una excelente integración con los principios de la Institución, que los vive personalmente y los promueve.
Destaca su entrega en el apostolado, no sólo en el Colegio, sino también sirviendo en su parroquia como catequista en Escuela Bíblica, en el coro y en el colegio.
Además de ser profesora de sexto grado, da clases de Formación Católica y formación para el amor a alumnos y profesores. En el aula trabaja por competencias, desarrollando estrategias de enseñanza y aprendizaje que le han permitido que sus alumnos logren niveles III y IV en la prueba de PLANEA.
Su ensayo con el que participó para obtener este premio fue: “La virtud de educar y formar en Mano Amiga”, donde explica lo que significó para ella esta obra de Dios: “Considero que en Mano Amiga tengo una gran misión, sobre todo porque aquí puedo vivir plenamente mi fe en Dios, y la triple misión de mi bautismo de ser profeta, sacerdote y rey, dando un testimonio de vida creíble con mis palabras y acciones”.
La maestra también dio un consejo a sus compañeros docentes: “Realiza tu trabajo con mucho amor, responsabilidad y compromiso, nunca olvides poner una sonrisa y una gotita de amabilidad…No hay mejor maestro que el que se desvela y desvive por sus alumnos, los corrige, los educa y los forma y les recuerda su misión en la tierra y el servicio a nuestra patria. Además, recuerda que los alumnos no son tuyos, son hijos de Dios y de sus padres”.