El pasado 16 de enero, durante una ceremonia en el Colegio Mano Amiga Puebla, se llevó a cabo la premiación del concurso Historias Ciudadanas que busca promover la cultura de la legalidad por medio de la narración escrita de breves relatos que sean ejemplo de virtudes cívicas, y que inspiren a los demás jóvenes a ser mejores ciudadanos. Lo que se premia en el concurso es:
- Calidad de la escritura– redacción pulcra, buen ritmo, lenguaje rico y variado.
- Fuerza comunicativa– que el texto tenga impacto, que logre inspirar a los demás.
- Espíritu Cívico– que el mensaje esté claramente a favor de los valores ciudadanos y de la construcción de una mejor ciudadanía.
La alumna Guadalupe Bustamante de tercero de secundaria, ganó el primer lugar a nivel nacional con su historia “Conquistando la felicidad”, siendo un orgullo pasa su familia y para toda la familia Mano Amiga. En el colegio se realizó una ceremonia para reconocerla ya que no pudo asistir a la premiación y recibió de manos del Director Francisco Serrano García el premio en efectivo de $3,000.00. Sin duda éste ha sido un gran motivante para Lupita, ya que entre lágrimas y abrazos recibió este merecido reconocimiento. Ella es un ejemplo para todos los alumnos y colaboradores de Mano Amiga de entrega, de perdón, de generosidad y sobretodo de un gran corazón, las historias y testimonios de nuestros niños como Guadalupe nos inspiran a seguir adelante en este hermoso proyecto.
Con mucho orgullo les compartimos la historia de Guadalupe:
CONQUISTANDO LA FELICIDAD
Soy estudiante de Secundaria, solo me faltan algunos meses para culminar e ingresar a Bachiller. Mi historia está llena de muchas vivencias al lado de mis hermanas mayores, de mi hermano menor y de quienes me concibieron, mis padres. A mi edad he tenido que pensar como adulto y tomar decisiones de adulto, sé que no es normal que una persona joven como yo comente esto pero es importante que sepan que desde hace muchos años mi papá nos abandonó para formar una nueva familia, mis hermanas siendo muy jóvenes formaron cada una sus familias, mi hermano menor tiene muchos problemas y han tenido que cambiarlo de colegio pero ni así mejora y mi mamá un buen día decidió marcharse de casa y dejarnos a los más pequeños en el abandono total.
Este último acontecimiento me derrumbó, sentía que no había nada que me interesara en la vida, todo me enojaba y no tenía ningún sueño. Para colmo mi hermano sol o lloraba, se enojaba y peleaba con todos. La vida tomó un rumbo diferente cuando mi hermana Azucena y su esposo se hicieron cargo de nosotros. Ellos hicieron un gran esfuerzo y nos buscaron un colegio donde pudiéramos estudiar y continuar con nuestra vida. Cual sería mi sorpresa que sin esperarlo, algo se empezó a mover en mi corazón que hasta ese momento solo alojaba resentimiento.
En esta escuela encontré que cada mes se trabaja un valor, o virtud como algunos le llaman, sin darme cuenta empecé a ponerlos en práctica. Hoy me atrevo a decir que puedo tocar el amor, saborear la gratitud, escuchar a la sabiduría, mirar de cerca el respeto y con todos estos, hoy puedo abrazar la felicidad.
Ha pasado tiempo desde el triste momento de quedarnos en casa solos mi hermano y yo.
Antes dolía y me hacía sentir rencor lo que viví, hoy solo puedo hacer plegarias porque mis padres estén bien, porque mi hermano mejore su actitud y porque a mis hermanas la vida les compense lo que hacen por nosotros, principalmente a Azucena que siendo madre de tres pequeños, tan joven y con un vida no tan fácil; sé que tiene poco, económicamente hablando, pero es capaz, ella y su esposo, de desprenderse de todo para dárnoslo a nosotros. Por esta razón tome la decisión de trabajar y apoyar a mi hermana, quitándole la responsabilidad de costearme la escuela.
A lo largo de tres años, poco a poco encontré consuelo a mis preocupaciones y sobre todo aprendí a perdonar lo cual me ha hecho sentir muy feliz y tranquila.
Finalmente, puedo decir que conozco la felicidad y todos los días me despierto con el propósito de abrazarme de esta muy fuerte y nunca dejarla ir. Sé que mi vida no es perfecta pero estoy rodeada del amor necesario para siempre sonreír.
ATIPUL